lunes, 28 de mayo de 2012

                                                         Reacción al progreso

 Sin duda, la revolución industrial incremento la productividad y propicio el desarrollo económico y tecnológico, pero también fue sinónimo de terribles condiciones de vida y de trabajo. Hombres, mujeres y niños acudieron a las ciudades en tal numero que se abarató la mano de obra, debiendo trabajar largas jornadas por un misero salario. Muchos obreros formaron sindicatos, pero sus condiciones apenas mejoraron porque la relacionero parlamentaria tenia un ámbito muy limitado y frecuentemente era ignorada por los empresarios.
 La oposición a la industrialización vino de los desempleados. Los "ludditas"  (seguidores de Ned Ludd) protagonizaron alterados y destruyeron maquinarias.

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